
ABC.es April 30, 2004
EE.UU. se retira por sorpresa de Faluya, que será controlada por la Policía iraquí
Las autoridades militares llegan a un acuerdo con varias tribus y con un grupo político afín a EE.UU. para que tomen el relevo del control de la ciudad rebelde
By Laura L. Caro
Los marines se retirarán de Faluya para que sea la Policía iraquí la que se ocupe de controlar la ciudad. Cuando las palabras amenazantes de Bush y 48 horas de bombardeos hacían presagiar una gran ofensiva de Estados Unidos sobre el bastión suní, a media tarde de ayer se hacía público un sorprendente acuerdo, según el cual las tropas estadounidenses abandonarán el sitio de forma gradual en un plazo de 36 horas que comienza hoy mismo, y la estabilización de tan crítica plaza quedará en manos de las Fuerzas de Seguridad del país.
Según el plan avanzado por el teniente coronel Brenan Byrne, los efectivos norteamericanos «comenzarán a evacuar por la mañana el sur, y luego el norte», con lo que se dará fin a tres semanas de asedio a una localidad donde los enfrentamientos entre la resistencia y los soldados de la ocupación han dejado tras de sí mas de 600 víctimas civiles en lo que va de mes. «Faluya -dijo ayer el mando militar de Estados Unidos- es un problema iraquí».
El acuerdo fue alcanzado en el transcurso de una negociación en la que participaron jefes militares de la Coalición, representantes de las tribus de Faluya, incluido su portavoz, Ahmed Hamdam, y también del Partido Islámico iraquí, cuyo jefe Mohamed Abdelhamid, es uno de los 25 miembros del Consejo de Gobierno interino iraquí. Por el momento, nada ha trascendido sobre las posibles condiciones o contraprestaciones que Estados Unidos haya podido exigir a cambio de relajar su posición con respecto a este conflictivo punto, que ha llegado a convertirse en el gran símbolo de la resistencia a la ocupación casi un año después del fin oficial de la guerra.
La noticia sobre las nuevas reglas del juego en esta localidad -donde ya se han intentado sucesivas treguas y altos el fuego sin ningún éxito-, llegaba en un día de máximo pesimismo sobre el futuro de Faluya y sus habitantes, que a primera hora estaban a la espera de que los efectivos del Ejército norteamericano les permitiera escapar de allí ante el temor a un ataque total.
El miedo y el ansia por refugiarse en cualquier otro lado se había instalado en la población tras dos jornadas de violencia, que incluyeron intensos bombardeos aéreos sobre tres de los principales barrios del municipio, situado a 40 kilómetros al oeste de Bagdad. Una espesa nube de humo negro permanecía todavía ayer jueves sobre el nucleo urbano y en la autopista que une la capital con Ammán y que bordea Faluya, podían verse trozos de asfalto calcinado por las explosiones, informó Efe.
El hostigamiento, no obstante, no había conseguido minar la moral de los insurgentes, que seguían presentando batalla y, aún más allá, distribuyendo entre los vecinos carteles de «se busca» con las fotografías del secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld; el portavoz de la Coalición, Mark Kimmit, y el general supremo de las Fuerzas ocupantes, Ricardo Sánchez, y bajo sus nombres una recompensa de 15 millones de dinares por su captura, vivos o muertos.
Aunque aún no se han dado cifras oficiales, las cadenas de televisión árabes hablaban ayer de decenas de víctimas mortales en este punto de Irak, donde el volumen de viviendas destruidas se cuenta por edificios enteros. Un caos tal que la Federación Internacional de Derechos Humanos se pronunciaba ayer en un comunicado en contra de lo que ha tachado como «excesivos actos de represalia claramente dirigidos a la población civil», que imputa a unos autores que «han cometido crímenes de guerra».
Escudos humanos
Paralelamente, en el otro gran foco crítico en el país, Nayaf, los soldados de Estados Unidos se empleaban ayer en estrechar el cerco a la ciudad santa con el establecimiento de nuevos puestos de control en los alrededores y también en las proximidades de la vecina Kufa, destinados a ejercer más presión si cabe sobre el enclave donde se encuentra refugiado el turbulento líder chií Moqtada Al Sadr. La novedad de la jornada la constituía la aparición de un grupo de ciudadanos norteamericanos apostados como escudos humanos en la zona para intentar evitar un asalto que muchos prevén inminente.
Al tiempo, los milicianos del Ejército Mahdi que protege al clérigo tomaban posiciones bien provistos de armas automáticas y lanzagranadas para hacer frente a un posible ataque, a la misma vez que juraban en voz alta combatir hasta la muerte a las tropas norteamericanas, según informó Efe.
Más allá de Faluya y de Nayaf, se escribía ayer otra página negra para el Ejército de Estados Unidos, que perdía a otros diez de sus soldados como consecuencia de un atentado con coche bomba perpetrado contra un convoy que patrullaba en la ciudad de Mahmudiya, pocos kilómetros al sur de Bagdad. Otro más moría abatido por un lanzagranadas en la capital, y por si fuera poco, trascendieron dos bajas más en el municipio de Baquba, esta vez provocadas por el impacto de un artefacto accionado por control remoto.
Por otro lado, un 57 por ciento de iraquíes quiere que los soldados estadounidenses se vayan de Irak inmediatamente o en los próximos meses, según una encuesta publicada ayer por la cadena CNN. El sondeo, efectuado por la empresa Gallup, CNN y el diario USA Today, apunta que sólo el 36 por ciento de los iraquíes prefiere que las tropas de la coalición se queden durante más tiempo en Irak.
Además, un 47 por ciento de los encuestados opina que los ataques de Estados Unidos no estaban justificados, mientras que un 52 por ciento indicó que podrían haber estado justificados en algún momento. Una gran mayoría de las personas que respondieron a esta encuesta --un 92 por ciento- se opone a los atentados contra los policías iraquíes y asegura que éstos no pueden justificarse.
La sombra de Sadam
Por su parte, y según informa France Presse, el Pentágono asegura que la campaña de las guerrillas que resisten a la ocupación estadounidense en Irak fue planeada antes de la invasión por una rama del servicio secreto de Sadam Husein. La información fue hecha pública durante un testimonio del subsecretario de Defensa, Paul Wolfowitz, ante el Congreso la semana pasada, y fue detallada ayer por The New York Times.
Los planes para realizar una lucha de guerrillas podrían ser la explicación para la desbandada del Ejército iraquí ante la invasión estadounidense el año pasado, dijo el director del centro de investigaciones Global Security, John Pike, a France Presse. La repentina irrupción de secuestros este mes también sería obra del grupo, agregó la misma fuente.
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