
El Mundo December 5, 2003
Las Claves De La Crisis
By Carlos Fresneda y Pablo Pardo
Irak. Un 'ejercito'privado de 20.000 hombres de EEUU suplanta las funciones del Ejercito norteamericano. Corporaciones Militares Privadas. Portada. Grafico
Todo lo que sabemos de el es que era colombiano y que murio acribillado en Tikrit. Viajaba en un convoy militar, pero no era un soldado, sino un contratista. Y que hace un contratista colombiano trabajando para Kellogg, Brown & Root, la primera gran beneficiaria del Ejercito norteamericano en Irak?
Nunca lo sabremos. Tampoco nos dan su nombre, "por razones de seguridad". Kellogg, Brown & Root, la misma compania que impulso la privatizacion del Ejercito norteamericano y que ahora esta sufriendo en sus carnes los ataques de la guerrilla iraqui, tiene por norma no identificar a sus "bajas de guerra" ni revelar su mision exacta.
Mas de 20 contratistas han muerto desde que arranco la guerra.Todos ellos trabajaban para alguna de esas empresas de nuevo cuno, las Corporaciones Militares Privadas (CMP), que estan suplantando poco a poco a los soldados.
Ellos defienden su labor en aras de la "eficiencia" y de los requisitos de las guerras modernas. Muchos les ven simplemente como los mercenarios del siglo XXI.
Los nuevos guerreros privados llevan mas de 10 anos tomando posiciones, pero es ahora cuando empiezan a salir de las sombras. Se calcula que en Irak puede haber de 10.000 a 20.000 en estos momentos, aunque el secretismo del Pentagono y de sus companias hermanas tienen a todos los expertos haciendo cabalas.
Se sabe, por ejemplo, que una sola compania, Global Risk, tiene a 1.100 hombres y ocupa el sexto lugar entre las potencias de la coalicion, justo entre Italia y Espana. Entre los guerreros privadisimos de Global Risk hay decenas de ex soldados gurkas, conocidos precisamente por su fiereza en la batalla.
Irak se esta convirtiendo en el campo de batalla de las Corporaciones Militares Privadas, con su particular ejercito paralelo, nutridos por miles de ex militares.
Ahi tenemos a los hombres de Vinnell, anos de experiencia adiestrando a la Guardia Nacional de Arabia Saudi. Y a los expertos militares de DynCorp, curtidos en la lucha contra la guerrilla en Colombia, y beneficiados ahora por un contrato de 40 millones de dolares para preparar a la policia de Irak. Y a los aguerridos expertos de Recursos Militares Sociedad Anonima (MPRI, Inc.), capitaneados por el ex general Carl Vuono, veterano de la primera Guerra del Golfo.
Hace 12 anos, sin ir mas lejos, la proporcion entre contratistas y soldados era de uno a 100. En Irak, ahora mismo, se estima que puede haber un contratista por cada seis o 10 soldados.
Muchas bombas han caido desde que el propio Dick Cheney, secretario de Defensa con Bush padre como presidente, encargara el primer estudio para impulsar la privatizacion del Ejercito. Aquel informe fue elaborado precisamente por Brown & Root (filial de Halliburton, que luego dirigiria el mismo) y llego a la conclusion de que era mucho mas efectivo y barato ceder el trabajo sucio del Ejercito a los contratistas.
Hoy por hoy, una tercera parte de las funciones del Ejercito norteamericano esta en manos privadas (incluido el mantenimiento y el manejo del Air Force One). La Administracion Bush confia en seguir regalando pedazos de la tarta belica a los contratistas, hasta dejar la proporcion en mitad y mitad.
Las Corporaciones Militares Privadas, en plena "guerra contra el terror", son uno de los sectores industriales mas boyantes en Estados Unidos y estan creciendo mas deprisa incluso que las empresas de Internet o de biotecnologia.
Segun Peter Singer, analista del centro de estudios Brookings Institution y autor del libro Corporate Warriors (Guerreros empresariales), las CMP ya generan en todo el mundo una cifra de negocio de 100.000 millones de dolares. Alla por 2010, los ingresos previstos alcanzaran los 200.000 millones.
Estos mercenarios posmodernos no tienen nada que ver con sus precursores de los anos 60 y 70, que se movian en el borde de la legalidad cuando se iban a Biafra o al Congo a pegar tiros y leian la revista Soldier of Fortune (Soldado de Fortuna). Ahora se trata de un sector tan profesional como cualquier otro, protegido por el escudo de las grandes corporaciones y amparado por un vacio legal que nadie parece interesado en subsanar.
La Convencion de Ginebra, articulo 47, prohibe el uso de mercenarios y los define como "aquellas personas reclutadas para un conflicto armado por un pais distinto del suyo y motivado por la ganancia personal".
Las Corporaciones Militares Privadas no ocultan su afan de lucro, aunque rechazan la acusacion de mercenarios. Gran parte de los contratistas, sin embargo, son ex militares que deciden incluso abandonar el Ejercito de su pais para ponerse el uniforme de guerrero empresarial.
Un miembro del cuerpo de elite SAS, del Ejercito britanico, recibira el doble de salario si cuelga el uniforme y se va a una empresa privada. Un gurka especializado en misiones de alto riesgo sera tambien una pieza codiciada de las empresas que se ofrecen para "operaciones tacticas".
Las CMP estan ademas empotradas en multinacionales que han empezado a olerse el negocio, desde Halliburton (propietaria de Kellogg, Brown & Root) a L-3 Comunicaciones (que adquirio MPRI Inc.).
En marzo pasado, los duenos de DynCorp la vendieron por 950 millones de dolares a CSC, uno de los mayores proveedores de sistemas de comunicaciones del Pentagono (y, de paso, dueno del equipo ciclista del mismo nombre, que entrena a Bjarne Rijs, el corredor que impidio que Indurain ganara el Tour en 1995).
La marana de las CMP se ha extendido tambien por el sistema politico, y ahi tenemos al mentor Dick Cheney, reinstalado como vicepresidente en la Casa Blanca. Tan solo en 2001, las companias militares privadas se gastaron 32 millones de dolares en grupos de presion en Washington, con notables conexiones tanto con el Partido Republicano como con el Partido Democrata.
La opinion publica norteamericana ha empezado a contraatacar con campanas como Stop the War Profiteers (Parad a los que se benefician de las guerras), pero el tema sigue siendo tabu en los grandes medios y en el Capitolio.
La congresista democrata Jan Schakowsky ha sido la unica en levantar la voz contra la privatizacion de la guerra. "No existe ningun modo de controlar a estas empresas que actuan por cuenta propia", ha denunciado Schakowsky. "Por un lado son empresas civiles, y por otra parte empresas militares, pero sus empleados no estan sometidos al codigo militar y funcionan en una especie de limbo legal".
La misma preocupacion transmite Laura Peterson, analista del Centro por la Integridad Publica y autora del informe Making a Killing: the Business of War (Haciendo un asesinato: el negocio de la guerra).
"No hay ninguna agencia del Gobierno ni ningun organismo internacional que vigile a estas empresas", denuncia Peterson. "Es imposible tener una idea exacta de ellas, saber como funcionan, como son los mecanismos de licitacion y cuales son las condiciones impuestas a los contratistas militares".
Para mejorar su imagen publica, una docena de empresas han unido fuerzas en la asi llamada Asociacion Internacional para las Operaciones de Paz. Segun su director, Doug Brooks, no se trata de despistar ni de lavar la imagen de las controvertidas corporaciones militares.
"La paz y la estabilidad son siempre mas rentables que las guerras", afirma Brooks. "Pero las guerras existen, y nosotros salimos al encuentro de unas necesidades que estan ahi".
El mayor intento de arrojar luz sobre este ejercito transnacional, invisible y paralelo que esta desplegado ya en 50 paises acaba de hacerlo Peter Singer con su libro Corporate Warriors. En portada, la foto ilustrativa de tres observadores de la compania MPRI Inc., vestidos como perfectos soldados en el desierto de Kuwait.
"Tanto las corporaciones militares como los gobiernos democraticos tienen que entender que no se pueden seguir camuflando", afirma Singer. El autor adopta una posicion neutral en el tema y acusa incluso a la ONU de doble rasero: "Por un lado critican la labor de estas empresas, pero por otro lado las utilizan como apoyo en misiones de paz".
"Tenemos que partir del hecho de que vivimos en un mundo donde hay guerras", anade Singer. "Y estas empresas, que no son ni buenas ni malas en si mismas, salen al encuentro de necesidades creadas por esas guerras. Otra cosa es el factor moral. Hay gente que piensa que los ejercitos nunca se deben privatizar, y que es injusto que haya quien se beneficie de las guerras".
Singer le da la vuelta al viejo axioma y proclama, a modo de conclusion del libro: "Aun asi, la guerra es una cosa muy importante como para dejarla en manos de las empresas. Necesitamos mas transparencia y leyes que pongan coto de alguna manera a estas empresas, que hoy por hoy se mueven en un terreno muy ambiguo y cruzan la frontera con bastante frecuencia".
"La situacion sobre el terreno es complicada", ha explicado a este periodico un ex soldado americano que trabaja a tiempo parcial en SAIC (Science Aplications International Company), otra de estas empresas. "Ahora estamos entrenando a policias en Irak.Eso implica salir con ellos de patrulla. Y entonces, podemos ser atacados. Asi que tenemos que tomar medidas para defendernos".
Northrop Grumman tambien es dueno de otro de los lideres del sector, Vinnell, una empresa que, segun ha podido saber este periodico, esta pujando por el contrato para el mantenimiento de dos bases de uso conjunto de Espana y EEUU. Vinnell ha puesto anuncios en EEUU pidiendo, entre otras cosas, ex oficiales del Ejercito y los marines -desde tenientes hasta tenientes coroneles-, "en buena condicion fisica" para entrenar a los reclutas iraquies.
Ahora, con la guerra de Irak, todo el sector vive una edad de oro. La Administracion Bush esta subcontratando gran parte de las funciones que tradicionalmente han llevado a cabo las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, cuestiones tan basicas como la entrega de correo o incluso la distribucion y reparto de alimentos a los 130.000 soldados americanos en Irak corren a cargo de Kellogg, Brown and Root (KBR).
Pero en Irak es precisamente donde la actuacion de las CMP ha empezado a ser puesta en cuestion. Segun muchos militares, la guerra privatizada no es una buena idea. La evaluacion de la ofensiva terrestre llevada a cabo por la Tercera Division de Infanteria -la que tomo Bagdad- incluye quejas por la tardanza de KBR en entregar el correo. Otros soldados han criticado la pesima comida que les ha dado Halliburton. Finalmente, la empresa texana ha sido acusada de cobrar 2,65 dolares por cada galon de petroleo que transporta de Kuwait a Irak, cuando el Ejercito lo hace por un dolar.
Otros no lo ven de forma tan negativa. "En Irak ha habido un problema basico: el Pentagono ha llamado a los contratistas privados demasiado pronto. El resultado es que estan en medio de una situacion de combate", afirma John Pike, director del Centro de Estudios Global Security.
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